Pensar en autismo no nos limita a pensar en autonomía personal. Definiremos autonomía personal como, la capacidad de realizar actividades de la vida cotidiana de forma independiente, es decir, sin ningún tipo de ayuda.
A lo largo del desarrollo humano ser independiente y autónomo es un objetivo a largo plazo para todas las personas. La sensación de realización y competencia es motivadora para los niños cuando empiezan a realizar actividades o tareas por sí mismos. Este continuo deseo por la independencia está presente también en los niños con autismo. Sin embargo, alcanzar esa independencia es más complicada y compleja. Y siendo prioridad para todos los niños, la independencia en niños con autismo es clave para su integración en la sociedad.
En este artículo hablaremos sobre algunos de los procedimientos que utilizamos para promover la autonomía en nuestros niños. Uno de los objetivos en la modificación de conducta es establecer nuevas conductas deseables o nuevas habilidades, entre alguno de los procedimientos para establecerlas podemos mencionar, el encadenamiento.
Cuando hablamos de autonomía muchas de las actividades que queremos que los niños aprendan a hacer por sí solos involucran conductas complejas que están compuestas de múltiples respuestas secuencialmente, vemos que la primera respuesta, por ejemplo, produce un estímulo para la segunda respuesta y así sucesivamente hasta que todas las respuestas de la cadena hayan sido emitidas por orden, a esto le llamamos cadena conductual. Por ejemplo, cuando quieres lavarte los dientes, tienes que realizar una secuencia específica de respuestas: tomar el cepillo y pasta de dientes, echar pasta de dientes en el cepillo, llevar el cepillo con pasta a la boca, cepillar cada una de las partes de la boca, enjuagar y escupir. Por lo tanto, lavar los dientes conlleva la realización de al menos seis conductas, las cuales deben ocurrir en la secuencia correcta.
Y ¿cómo lo enseño?
Es importante realizar un análisis de tareas, es decir identificar todas las conductas necesarias para realizar la tarea objetivo y anotarlas en el orden correcto, como el ejemplo anterior; esto podemos hacerlo a través de la observación o realizar la tarea nosotros mismos y registrar cada una de los pasos.
Una vez que hemos hecho el análisis de tareas de nuestra conducta objetivo, el siguiente paso sería escoger una estrategia para la enseñanza de esta habilidad. Los procedimientos de encadenamiento involucran la aplicación sistemática de estrategias de ayuda y su desvanecimiento, porque recordemos que queremos niños independientes. Entre las estrategias tenemos tres: encadenamiento hacia atrás, encadenamiento hacia adelante y encadenamiento con ayuda total.
El encadenamiento hacia atrás consiste en empezar por enseñar en primer lugar la última conducta de la cadena. Al iniciar la enseñanza con el último paso de la cadena, el aprendiz completa la cadena conductual, una vez que el alumno domina el último paso sin ayuda se enseña el penúltimo y así sucesivamente. Por ejemplo, en el lavado de dientes, se empezaría por escupir y enjuagar.
El encadenamiento hacia adelante se trabaja de la misma manera que el encadenamiento hacia atrás, la única diferencia consiste en empezar por enseñar el primer paso de la cadena conductual. El entrenamiento va del principio de la cadena hasta el final. Por ejemplo, en el lavado de dientes, se empezaría por tomar el cepillo y echar la pasta de dientes.
Y finalmente el encadenamiento con ayuda total donde la cadena conductual se enseña como un único proceso, aquí la enseñanza no se divide en pasos como en las dos estrategias anteriores. Siempre tomando en cuenta que todo tipo de ayuda física debemos ir retirándola poco a poco.
Recomendaciones:
Rodas, R. (2009). Análisis conductual aplicado.
Miltenberger, R. (2017). Modificación de conducta. Pirámide.