La discriminación se refiere a la capacidad de un organismo, para responder de manera diferente a estímulos similares pero no idénticos. Es un concepto fundamental en la modificación del comportamiento y el entrenamiento animal.
Cuando hablamos de discriminación, nos referimos a la habilidad de un individuo para distinguir entre dos o más estímulos o situaciones que tienen características diferentes pero que pueden ser confundidas fácilmente. Por ejemplo, en el entrenamiento de un perro, se puede enseñar al animal a sentarse cuando se le muestra un objeto de color rojo y a quedarse de pie cuando se le muestra un objeto de color azul. El perro debe aprender a discriminar entre estos dos colores y responder de manera adecuada a cada uno de ellos.
El proceso de enseñar discriminación implica reforzar selectivamente las respuestas correctas a los estímulos deseados mientras se ignora o no se refuerzan las respuestas a estímulos no deseados. Esto permite que el individuo aprenda a distinguir con precisión entre los estímulos y a responder de manera apropiada según la situación.
La discriminación en el entrenamiento de detección implica enseñar al perro a identificar un olor objetivo (por ejemplo, el olor de una droga específica) entre una variedad de olores presentes en su entorno. Esto se logra a través de un proceso de condicionamiento, donde el perro aprende a asociar ese olor específico con una actividad o estímulo de su interés.
Durante el proceso de entrenamiento, se presentan gradualmente olores similares o distracciones al perro para que aprenda a concentrarse en el olor objetivo y a ignorar otros olores. A medida que el perro adquiere esta habilidad de discriminación, se vuelve capaz de alertar a su guía cuando detecta el olor objetivo, indicando así la presencia de la sustancia buscada.
La generalización en cambio, se refiere a la capacidad de un perro entrenado para aplicar lo que ha aprendido en un contexto o situación a otros contextos o situaciones similares pero ligeramente diferentes. Como la discriminación, es un concepto muy importante en el entrenamiento de perros detectores, ya que garantiza que el perro pueda desempeñar su tarea en una variedad de entornos y condiciones.
Cuando entrenamos a un perro detector, como un perro de detección de drogas, explosivos o incluso cáncer, queremos que el animal sea capaz de identificar el olor objetivo en diferentes lugares y con diferentes personas. La generalización implica exponer al perro a una variedad de entornos, personas y situaciones para que aprenda a asociar el olor objetivo con la detección, sin importar las diferencias superficiales.
Para lograr la generalización en el entrenamiento de perros detectores, se emplean técnicas como la exposición gradual a diferentes ubicaciones y escenarios, la variación de las distracciones presentes y la inclusión de diferentes personas en los ejercicios de entrenamiento. A medida que el perro se familiariza con estas variaciones, se vuelve capaz de aplicar sus habilidades de detección de manera efectiva en una amplia gama de situaciones no conocidas en diferentes contextos, lo que garantiza un desempeño confiable y preciso en el campo, independientemente de las variaciones que puedan encontrarse.
Entendiendo ahora que la discriminación y la generalización son dos extremos de un continuo, como entrenadores, debemos poner el foco en estos dos conceptos, así también en el olor. Si, como es nuestro caso, trabajamos con muestras de orina para detección de cáncer, en primer lugar le enseñaremos al perro a discriminar entre orinas que contienen cáncer y orinas que no.
Una vez conseguida la discriminación, empezaremos a variar lo máximo posible tanto las orinas que contienen cáncer como las que no para que el perro, en un proceso de discriminación, no identifique orinas concretas, sino que por generalización, marque orinas parecidas (que contienen cáncer) aunque no iguales.
Veamos si con un ejemplo logro explicarme mejor. Si estamos enseñando a discriminar letras de números, podríamos empezar por enseñar a diferenciar la letra A de los números 1, 2 y 3
A 1 2 3 1 3 A 2
Después empezaríamos a añadir algunas letras y números más para consolidar la discriminación
3 B 2 4 4 1 2 C
Y luego pasaríamos a variar tanto letras como números para que se produzca la generalización y no identifiquemos solo las letras A, B y C de entre otras letras y números.
En conclusión, la discriminación y la generalización son conceptos cruciales en el entrenamiento de perros detectores, especialmente en contextos como la detección de cáncer a través de muestras de orina. La discriminación implica la capacidad del perro para distinguir entre estímulos similares pero distintos, mientras que la generalización garantiza que el animal pueda aplicar sus habilidades en diversos entornos.
En el caso específico del entrenamiento con muestras de orina, la enseñanza inicial de la discriminación entre orinas con y sin cáncer se complementa con la variación para lograr la generalización, asegurando así un desempeño preciso y fiable del perro detector.
En resumen, si eres entrenador, deberías estar siempre muy pendiente de estos dos conceptos para lograr buenos resultados en tu trabajo :)