Por Maria José Pineda
La conducta verbal es una conducta cuyo reforzamiento es mediado por otra persona. Se interesa por la función del lenguaje, definida como el efecto que el hablante tiene en el escucha y se deriva de la ciencia de la conducta y de sus aplicaciones. Ya que el objetivo es la aplicación de la teoría de la conducta verbal a la investigación, se basa en aplicaciones basadas tanto en investigación de la conducta verbal como del análisis aplicado de la conducta, como parte del análisis de la conducta verbal. El análisis de la conducta verbal es un subcampo del análisis básico y aplicado de la conducta dedicado a identificar e investigar orígenes y procedimientos de enseñanza que producen repertorios verbales funcionales cuando éstos están ausentes.
El análisis de la conducta verbal proporciona intervenciones ambientales o educativas para establecer repertorios verbales funcionales cuando están ausentes. Verbal no solo significa vocal, más bien, verbal se refiere a cualquier topografía que resulte en una función verbal. El lenguaje puede tener muchas formas o topografías distintas como, por ejemplo, gestos, sistemas de lenguaje de signos, chasquidos o topografías vocales acústicamente diferentes (Culotta y Hanson, 2004; Deacon, 1997). Sin embargo, la función del lenguaje o su uso como herramienta y los orígenes de esta función, y no su forma, posibilitan muchos logros individuales y culturales.
Skinner identificó seis funciones verbales del hablante, conocidas como operantes verbales elementales. Estas son: Ecoicas, mandos, tactos, intraverbales, autoclíticos y respuesta textual.
En este caso nos basaremos en ecoicas, las cuales son respuestas oír-decir. Son operantes verbales vocales bajo el control de estímulos verbales. Tienen una correspondencia punto por punto (similitud topográfica) y una similitud formal (están en la misma modalidad sensorial) con los estímulos verbales que las controlan. Se mantienen por reforzamiento (automático o de otros tipos). Cuando una conducta es reforzada por sus consecuencias, es más probable que ocurra de nuevo en el futuro. (Miltenberger, 2017).
El proceso con Emily ha sido en base a las ecoicas, ya que se le dice el fonema (letra s) y posteriormente ella debe repetir. Inmediatamente después se le refuerza por haberlo dicho correctamente y esto permite que vuelva a decirlo cuando se le vuelve a solicitar en otra ocasión. Al principio no lo decía, por lo cual se inició alargando más el fonema; por ejemplo, “sssssss”, esto le facilitaba la pronunciación del mismo. Posteriormente, se fue conjugando con vocales, “sa, se, si, so, su”, lo cual fue complicado, ya que utilizaba otro fonema (t). Sin embargo, trabajando todos los días y con ayuda de praxias (ejercicios motores gestuales), se fue logrando el objetivo. Por lo cual ahora logra decirlo de manera independiente, pero en ocasiones aún necesita apoyo, en donde se le da el modelo correcto de la palabra que quiere decir.
Referencias:
Greer, D; Ross, D. (2014) Análisis de la conducta verbal, Como introducir y expandir nuevas capacidades en niños con retraso en el lenguaje. Madrid, Editorial Grupo 5.