Sale el sol y sus rayos brillantes se cuelan por los agujeros de la persiana. Clara, mira la luz y juega con las sombras. Escucha los sonidos de la mañana: algunos pajaritos, tintineos de tazas en la cocina y la radio que mamá nunca se olvida de poner.
Huele a café... Mamá debe estar a punto de entrar en la habitación. Se mueve el picaporte: ¡ahí está! Clara hace una bolita con su cuerpo, agarra la sábana, se cubre por completo hasta la cabeza y se hace la dormida.
- Clara... Hora de levantarse. Hay colegio y no podemos llegar tarde.
Clara asoma sus ojos: la persiana ya está subida del todo y las sombras ya no están.
¡A vestir!
- Mamá, yo sola.
- No, que llegamos tarde.
Mamá le enfunda la camiseta, los pantalones y los calcetines.
En la cocina le espera un tazón de leche. Clara se sienta a la mesa y alarga el brazo para coger cereales:
- Mamá, yo sola.
- No Clara, que los tiras todos al suelo. ¡Mira qué tarde es!
Por la mañana todo son prisas. Al terminar de desayunar, toca lavarse la cara y prepararse para salir.
- Mamá, yo sola.
- No. No llegas al lavabo y llenas todo de agua. Yo lo haré por ti.
Clara le da la espalda a mamá y sale a todo correr hacia la cocina. ¿A dónde irá? Con lo tarde que es...
En apenas 5 segundos asoma con su pequeño cuerpo, arrastrando el viejo taburete rojo, que es bastante más grande que ella.
- Mamá, ¡quiero yo solita!
La mamá de Clara duda y mueve la cabeza hacia ambos lados... ¿Y si la deja probar?
Clara coloca el taburete frente al lavabo, y trepa hasta llegar al asiento. ¡Está muy alto! Se pone de rodillas, ¡ya llega al grifo!
- ¿Ves, mamá? Yo sola. Yo puedo.
Clara se pone muy contenta. Es la hora de salir por la puerta. El colegio abre a las 9 y hay que darse mucha prisa.
Mamá acerca las zapatillas y las deja en el suelo junto a sus pies.
- ¿Tú solita? - le pregunta a Clara con una enorme sonrisa.
- ¡Sí! ¡Yo puedo!
De camino a la escuela no hablan, pero se miran sonrientes. Al llegar a la puerta, como todos los días, mamá le da a Clara un beso en la mejilla. Ella la mira fijamente:
- Mamá, ¡soy muy mayor!
Fuente: www.guiainfantil.com
La autonomía e independencia de los niños en actividades de la vida diaria requiere de una compleja interacción e integración de diversas habilidades, tales como seguimiento de instrucciones, imitación, lenguaje verbal vocal o escrito, habilidades motoras, etc.
Las actividades básicas de la vida diaria son todas las que actividades que una persona realiza en su rutina cotidiana; suelen incluir las categorías de vestido, alimentación, movilidad, higiene y aseo personal, uso de inodoro y ducha, control de evacuación intestinal y esfínter vesical. Dichas actividades se adecúan a la edad de la persona, contexto en el que se desenvuelve (ej, escuela, hogar), acceso a los dispositivos y herramientas (inodoros, baño portátil, letrina), cultura, salud, entre otras.
A lo largo del desarrollo infantil, se adquieren habilidades de independencia cada vez más complejas, que no se dan de forma aislada sino junto al ambiente -contexto- en el que el niño se desenvuelve. Estas actividades “se vuelven automáticas” y a su vez forman parte de una larga cadena de pasos y secuencias que los niños realizan en función de su cotidianidad; satisfaciendo necesidades básicas y formando parte su identidad.
Tomando la historia como ejemplo, para realizar actividades como lavarse la cara o ponerse los zapatos la niña debió llevar a cabo una serie de pasos que ha aprendido y encadenado durante un contexto y tiempo. Haremos un breve desglose y análisis de estas tareas para estudiar algunos de los aspectos que la integran:
Esta breve descripción pretende guiar al lector a analizar las diversas tareas de actividades de la vida diaria que sus hijos o alumnos realizan cotidianamente, para que como facilitadores promuevan el acceso, ejecución y aprendizaje en tareas adecuadas a su nivel de independencia y autonomía. Analizando el cuento sobre Clara, es importante que tanto padres, como terapeutas, maestros, niñeras y otras personas presentes en las actividades diarias de los niños, contemplen valoración de aspectos tales como el nivel de independencia actual, evitando caer en “asumir” acerca de lo que el niño o niña ya “debería de hacer” o que “aún no lo puede hacer”. Cuando asumimos sobre las habilidades de nuestros niños, podemos crear limitaciones donde no las hay, perdiendo valiosas oportunidades de fomentar mayor independencia y autonomía en las actividades cotidianas.
Tenemos entonces una gran tarea como analizadores y facilitadores de generar oportunidades de aprendizaje y promover en diversos contextos las habilidades adquiridas. Las rutinas y actividades cotidianas en el hogar, brindan una gran fuente de oportunidades para aprender a desarrollar las habilidades de independencia y autonomía que a su vez sean generalizadas en otros contextos y habilidades necesarias en la ocupaciones diarias de los niños y niñas.
Fuentes consultadas:
Polonio López, P., Castellanos Ortega, M. y Moldes, I. (2008). Terapia Ocupacional en la Infancia. Teoría y Práctica. Editorial Médica Panamericana
Barroso, E. (20 de Mayo 2020). Yo sola. Cuento corto Montessori sobre la autonomía de los niños. https://www.guiainfantil.com/ocio/cuentos-infantiles/yo-sola-cuento-corto-montessori-sobre-la-autonomia-de-los-ninos/
¿Qué habilidades necesitamos?